Compartáis o no la tradición de Halloween, no nos negaréis que ha habido una pequeña «desvirtualización» de esta fiesta en la que se celebra el final de la temporada de cosecha y el inicio de los meses oscuros, donde la línea que separa este mundo del de los muertos (o no vivos, para no herir algunas sensibilidades fantasmales), se estrecha tanto, que las almas pueden llegar a comunicarse desde un lado con el otro. ¿Alguien ha dicho almas sexys? ¡Nop! ¡Yo no! (Hay polémica jaja!)
Asumámoslo. Nos hemos ablandado. Y os traemos algunas imágenes para probarlo, ¡claro! Hace unos cuantos lustros los disfraces se hacían a mano, con cualquier material que se pudiera encontrar, y con el objetivo de conseguir el disfraz más bizarro y perturbador que se pudiera conseguir. Muy cierto es que el efecto vintage y blanco y negro de las fotos que hoy traemos ayuda a conseguir una atmósfera terrorífica, pero la verdad es que antes con cuatro cosas conseguían muy buenos resultados. ¡Echad si no un ojo!
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