Soy Dani, quien junto con María, mi mujer y socia, os prepara las cápsulas del tiempo Baby Retrobox que compráis en MyRetrobox.


Y voy a ser padre. Es inminente, cuestión de días y quizá ya me haya estrenado como padre cuando estés leyendo esto. Aún no lo tengo del todo asimilado pese a que tenemos todo preparado. La cuna ya está lista; la habitación del bebé luce reluciente. Lorenzo puede llegar cuando quiera :)

Y si aún no acabo de asimilarlo a unos días de salir de cuentas, no os quiero contar cómo de asimilado lo tenía antes de acudir a las clases preparto. Os confesaré que antes de asistir a ellas, me visualizaba sentado en el suelo detrás de María, aspirando y espirando aire, a lo película americana en la que nuestro ginecólogo es Robin Williams. Pero he de decir que la experiencia ha sido de lo más enriquecedora y que si eres padre y estás pensando en si debes ir o no, no te lo pienses. Ve, porque vas a aprender un montón de cosas interesantes sobre el embarazo, el parto y el postparto.

Nosotros hemos podido asistir a dos diferentes. Hemos podido cuadrar horarios: María ha ido un día a la semana (8 sesiones) a las clases preparto de su centro de salud en Zaragoza y ambos hemos ido por la tarde a otras clases preparto, de las que yo os voy a hablar.

La risa como preparación al (post) parto

Las clases preparto han sido un gran descubrimiento para mí. Las impartía Ana Peruga, la cual nos era desconocida hasta que leímos algunas buenas opiniones en internet, lo que nos hizo decantarnos por sus clases. El primer día (y así se repitió durante otros cinco días) nos sentamos en sillas formando un círculo, al más puro estilo “grupo de terapia” y ella nos fue explicando todo con detalle durante dos horas mientras nosotros escuchábamos atentos.

Tiene un gran sentido del humor y esto ha resultado ser de lo más útil, ya que posteriormente nos hemos dado cuenta de que recordamos muchísimas de las cosas que nos ha ido explicando gracias a visualizarla a ella contándolo. El primer aprendizaje que obtuvimos fue:

Lo difícil no es el parto. Lo difícil es el postparto.

Lo difícil viene después, cuando llegas a casa con el bebé en brazos y comienza una complicada adaptación. Parece ser que muchos de nosotros nos focalizamos en el parto como una gran meta que esperamos llenos de ilusión. Pero nos olvidamos a menudo de que inmediatamente después vienen unas semanas de lo más duras (ya os contaremos), en las que vamos a ser puestos a prueba. Y seremos puestos a prueba por:

  • El bebé, que quizá nos engañe un poquito el primer y segundo día cuando parezca relajado. Luego, parece ser que “coge fuelle” y energías (las cuales ha perdido durante el parto) hasta que comienza a alimentarse con normalidad.
  • Las hormonas: se desbarajustan y pueden causar estados de ánimo dispares en la madre. Así que hay que estar especialmente atentos a cualquier bajón para paliarlo de la mejor forma posible, ya que son muchos cambios en poco tiempo y el estado de ánimo quizás no sea el óptimo para afrontarlos.
  • Los círculos cercanos: familia, amigos… parece ser que con la sensibilidad a flor de piel, es relativamente fácil hacer mella en el estado de ánimo de los recién estrenados padres de las formas más diversas. Siempre van a ser bienintencionados, pero ya sabemos que todos llevamos dentro a un Chicote, que es mejor no sacar a relucir en estos momentos: comentarios sobre el estado de la casa, sobre cómo dar o no dar el pecho, cógelo así o asá, “se os acabó lo bueno”… los hay miles y seguro que en otro momento no provocarían estragos, pero en el postparto… ¡cuidadín!

Estas abuelas son un peligro

Parece ser y digo, parece ser, que algunas abuelas pueden tener cierta habilidad para activar el resorte del que os hablo. Sobre todo en la relación de la futura madre con su propia madre. Eso es teoría porque nuestras madres son las mejores. Pero por si vuestras madres (hablo de madres sólo, porque suele ser lo más común en esto de lo que hablo ahora) tienden a desquiciaros con todo el amor del mundo (probablemente lo haréis mutuamente), no está de más ir previniendo a las familias sobre ciertos aspectos que queréis que se respeten: visitas en casa o en el hospital, cómo se echa a dormir a un bebé hoy en día, cambios que se han producido en el tema de la lactancia desde que ellas fueron madres etc. Si lo saben con antelación, mejor que mejor. Y es que luego, probablemente, lo que podría haber sido una conversación informal, pueda convertirse en foco de malentendidos.

Por cierto, si tenéis la suerte de tener abuelos que vayan a pasar buenísimos ratos con vuestros hijos, echando una mano de cualquier forma o simplemente disfrutando mutuamente de su compañía, ¡disfrutadlo! Ayudarán encantados siempre que puedan, así que ante todo respeto y agradecimiento :)

Regalo para bebé

Cada uno habla con su familia

Muy buen consejo de nuestra querida Ana Peruga. En el caso de que queráis aclarar cualquier concepto a tener en cuenta sobre vuestra nueva vida familiar con bebé, además de decirlo con antelación y reposo, una buena estrategia será siempre que cada uno se lo diga a sus respectivos padres, con quienes tenemos confianza de sobra para decir las cosas en el modo que queremos.

Sois los mejores padres / madres para vuestros hijos

Al hilo de todo esto, otro de los preciosos aprendizajes que hemos sacado de las clases de preparación al parto es que sois las mejores madres y los mejores padres para vuestros hijos. Es un mantra que no está de más ir asimilando para esos momentos de flaqueza y bajón que inevitablemente vendrán por la falta de sueño, los llantos, el cambio obligatorio de la rutina… Así que tocará repetirse esto hasta la saciedad para no caer en el error de pensar que cualquier otro lo haría mejor.

Ah, ¡y el padre es un puntillo en el parto!

No te pongas ahí, no toques eso, que está esterilizado… Me reí mucho con esta recreación: el papel del padre en el transcurso del parto. Sobre esto no cuento nada, porque creo que no sabré hacerlo con tanta genialidad, pero en resumidas cuentas, quedaos con que vais a estar nerviosos, confundidos y sobre todo con que aunque parezcáis invisibles en algún que otro momento, sobre todo cuando la mamá salga del triunfante del paritorio con su flamante bebé, todos os quieren mucho también. ¡De verdad! ;)

¿Por qué acudir a clases preparto?

Además de lo ya comentado, he aprendido muchas más cosas a nivel práctico en las clases preparto, por las que creo sinceramente merece la pena ir:

Cuidados del bebé para los primeros días: ¿sabéis que no se les puede echar yodo en las heridas (el cordón) o que las rutinas de sueño son muy importantes?

La lactancia: es importante, sí. Y también causa de numerosas frustraciones cuando no todo sale como estaba planeado. Así que si es vuestro caso, no desesperéis, que ya sea de una forma u otra, vuestro bebé va a salir adelante lleno de amor y cariño.

¿Sabéis qué es la gimnasia de suelo pélvico? ¿Cómo podéis ayudar en los pujos? ¡Ah! ¿Que no sabéis qué son los pujos? ¿Cuándo y cómo se pone la anestesia epidural? ¿Qué papeleos hay que hacer tras el parto para tramitar el registro, las bajas etc.? ¿Cómo se baña a un bebé y a partir de cuándo? ¿Por qué se producen los cólicos del lactante?

Bueno, esto último creo que nadie lo tiene del todo claro. Sea como sea, habiendo pasado ya por las clases preparto, mi recomendación es que vayáis. Porque aunque os hayáis volcado con el cuidado de un querido sobrino, aunque tengáis familiares cercanos que trabajen en sanidad y os cuenten cosas… siempre se descubre algo. Y créeme si te digo que en esto de la maternidad / paternidad, nosotros los hombres, estamos verdes… ¡pero verdes!

Regalo para bebé

Ha pasado un tiempo…

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